La Fuente de los Tres Caños tiene una peculiaridad que la hace merecedora de ser uno de los monumentos más significativos de Malanquilla, su origen romano.
En pleno casco urbano y frente a la calle la Portaza, parte el camino que conduce en apenas 200 metros a la fuente romana.
Está compuesta de una obra de sillería irregular con planta en forma de L. El origen de la construcción se puede fechar en el Alto Imperio Romano, entre los siglos I – III d.C.
En el frontal de la fuente conserva una inscripción cuyas letras son de difícil lectura debido a su desgaste, “FONSAQVE”, fuente de agua. A ella se añaden dos letras más en el mismo sillar, en la cara perpendicular, que no han sido descifradas, “ST FONSAQVE”.
Además, según un documento del Archivo Municipal del cual se hizo una copia antes de ser sustraído en el año 1928, añadía cuatro letras mayúsculas más a la inscripción “FONSAQVE P.F.V.F.” atribuyendo la autoría al procónsul Viterio Fabio. Sin embargo, este cargo político no existió.
Asimismo este conjunto de consonantes no se corresponde con ninguna agrupación de siglas romanas conocida. Además de la inscripción, la huella romana queda de manifiesto en uno de los tres caños. Con forma de cabeza de león y hecho en bronce, en la actualidad se encuentra muy desgastado por el paso del tiempo.
La fuente está coronada por una cornisa convexa de sección circular, producto de la reforma llevada a cabo en la Edad Moderna. A todo ello se añade el remate de la parte superior del muro con sillares trapezoidales estriados que pudieran proceder de la fuente romana original. En el entorno se han encontrado también restos de una tégula, teja romana plana, y un molino de mano desgastado.
La actual Fuente de los Tres Caños es producto de una remodelación durante la Edad Moderna a juzgar por la inscripción “SE HIZO” ubicada en la parte superior de las letras romanas y que a pesar de su erosión es más fácil de descifrar.
Las aguas de la fuente alimentan al antiguo lavadero situado a escasos metros. El conjunto hidráulico se completa una canalización subterránea a través de la cual llegan las aguas desde una cisterna, que se presupone también de factura romana. En su interior el manantial fluye al fondo de una cámara abovedada que se abre al exterior a través de un arco de medio punto incrustado en una pared. Tanto la cisterna como la fuente formarían parte de una estructura hidráulica que diera servicio a alguna villa rústica o asentamiento agrícola romano.
Los trabajos para descubrir la cisterna empezaron a finales de febrero del 2020.
