Este concurso iba destinado a jóvenes escolares con inquietudes en la investigación y salvaguarda del patrimonio cultural local.
A lo largo de los años, los habitantes de Malanquilla habían llamado a esos restos “el molino”, pero fueron los integrantes de la Patrulla Rescate quienes encontraron pruebas y documentos que demostraron que la edificación, en efecto, constituía los restos de un molino de viento de tipo manchego que funcionó en Malanquilla en el siglo XVII.
En el concurso nacional, se alzaron con el máximo galardón de la organización, el Trofeo de Oro.
Era el año 1977. En las bases del concurso se establecía que la organización del programa se comprometía a restaurar el monumento del pueblo cuya singularidad hubiera determinado la concesión del premio a cargo de la Dirección General de Patrimonio Artístico del Ministerio de Cultura. Sin embargo, finalmente se lavaron las manos poniendo como excusa que el premio se concedía por el conjunto monumental del pueblo, con lo que se perdió la ocasión de reconstruir el molino en ese momento.